Cada vez que me sorprendan las longitudes a las que las personas irán a ser difíciles, incluso francamente obstaculadas, trato de recordar a Balenciaga. Cuando era difícil, valió la pena.

Por ejemplo, mira lo difícil que es este vestido, nadie podría llamarlo simple. Puede que ni siquiera puedas levantar los brazos sobre tu cabeza en esto. (Pero, por otro lado, si usa este vestido, alguien se intensificará y le acomodará un taxi. De hecho, los taxis podrían detenerse en la posibilidad de que necesite uno). ¡Mire de alguna manera que frunce! ¡Mira la plenitud a los lados de la falda! Es innegablemente quisquilloso, pero no parece inquietante. Tal vez las personas difíciles que estoy cuidando están luchando por el mismo efecto? Es posible.

Esta imagen es de un proyecto de libro de Museum Royal Ontario sobre la ropa de segunda mano (de alguna manera, no pienso en Balenciaga cuando creo “Ropa de segunda mano”). Haga clic en él para mucho más, un poco más de información (pero no un grupo completo más).

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